jueves, 29 de noviembre de 2007

Gatos

Antonio Guzmán Capel (1960 - )


En su grave rincón, los felinos
rigen su destino. El silencio
los devuelve al alba
en la sutil quietud de las horas.

Adentro irradian mágicos fulgores
los ojos, las uñas afiladas,
blancos colmillos, pupila vertical
que vigila el mundo.

Gato observador, independiente,
amigo,
gato prisionero del tiempo y sueño consumido.

Entre noches negras y blancos días
me acompañas,
y en tu calor, cuando el tiempo en su rigor
nos señala,
me acomodo al son de tu música,
mágico ronroneo de sueños infinito
.

Teo Basterra (1961 - )

jueves, 22 de noviembre de 2007

Acumulando vida

Edward Hopper (1882-1967)


Llevo el mar impregnado en mis ojos
y la cálida brisa de un agosto lejano
enganchada en los poros de mi piel.
Nací, cuando los años eran maletas
sujetas con cuerdas apenas salidas del hambre,
los gastados zapatos plumas sobre la tierra.
De mi adolescencia me quedan acordes
disconformes, saltando de boca en boca
puños en alto ante la barbarie
y moratones nacidos de la vorágine que mezcla
libertad con libertinaje.
Hasta aquí me han traído los vientos
de una vida acumulando baúles
donde guardo con celo horas de experiencia
días de luz y candelabros de ausencias.
Se supone que es la madurez
mi actual compañera
el camino recorrido mi cómplice
y el reloj, mi enemigo.
Llevo en mi alma, las mismas dosis
de lucha que de olvido.

Maribel Sánchez

jueves, 15 de noviembre de 2007

Volar

René Magritte (1898-1967)


Me gustaría volar,
hacia donde el sol
se esconde en el mar,
y buscar su cobijo.

Me gustaría ser ola
y jugar con las sirenas,
navegar por el mar
hasta la playa.

Me gustaría ser tierra
donde, en los árboles, las hojas
le hacen el amor al viento,
y la lluvia fresca llega
como un orgasmo.

Me gustaría ser aire
y correr y volar
y nadar y amar.
En el aire
quiero ser tu aire..

Meigo

jueves, 8 de noviembre de 2007

Si ya no vienes...

Vincent van Gogh (1853-1890)

Si ya no vienes, ¿ para qué te aguardo?
Y si te aguardo, di por qué no vienes,
verde y lozana zarza que mantienes
sin consumirte el fuego donde ardo.

Cuánto tardas, amor, y cuánto tardo
en rescindir los extinguidos bienes.
Ya quién me salve no lo sé, ni quienes
clavan el alma dardo sobre dardo.

A la mañana, que se vuelve oscura,
sigue la noche, que se vuelve clara
a solas con tu sed, que hiere y cura.

No quisiera pensar si no pensara
que, privado que fui de tu hermosura,
me olvidara de mí si te olvidara.


Antonio Gala (1936- )

jueves, 1 de noviembre de 2007

El Coloso

Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)


Es como el Dios del Viejo Testamento,
cabalgando el corcel de la tormenta,
el pánico a su avance se acrecienta,
el ciclón es el aire de su aliento.

Anárquico hormiguero en movimiento,
gentes, carruajes, bestias, turbulenta
caravana de pueblos, harapienta,
en atropello huyendo lo violento.

Alborotado mar humano, ciego,
bajo cielo de vómitos de fuego
amagando catástrofe inminente.

La turba no razona, se abalanza,
no entiende que no hay monstruo en lontananza,
que el monstruo del terror yace en la mente.

Francisco Álvarez Hidalgo


Nota: En esta ocasión, la conjunción de cuadro y poema, no es obra mía, Francisco escribió este soneto precisamente para esta pintura de Goya y por lo tanto me cedió todo el conjunto.