domingo, 29 de agosto de 2010

La higuera


Ivonne Ayoub


Porque es áspera y fea;
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten…

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto.

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido,
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
-Hoy a mi me dijeron hermosa.


Juana de Ibarbourou (1892-1979)

domingo, 22 de agosto de 2010

Nocturno de los potros


Chris Cummings (1975- )

Potros al horizonte piafan sus quimeras.
De vuelta del galope tendido por la tarde,
saben que tras el sol las sombras, liberadas,
enloquecen y pueden tanto como el ladrido
de los canes espías.
Donde quiera que troten o pasen de andadura,
emergerá un silencio para hacer más solemne
de lo oscuro el abismo; de los perros, el coro.

Encabritado el brío, retadora
la silueta de jóvenes poderes,
algún relincho espanta, noche a noche, las bridas
del miedo y la tristeza.
Potros que desde lejos quieren decirnos tales
razones por qué huyen de nuestra rienda o doma.

Potros que nos dejaron con las manos heridas,
la intención por los suelos.
Potros que se desmandan de nuestro sueño a veces,
y ellos también se quedan no sabemos por cuántas
libertades atados.

Potros entre las sierras y los tajos del mundo,
quizás en rebeldía por un mar que no encuentran.


María de los Reyes Fuentes (1927- )

domingo, 15 de agosto de 2010

Dice la fuente


John Sloan (1871-1951)


No se callaba la fuente,
no se callaba...

Reía,
saltaba,
charlaba... Y nadie sabía
lo que decía.

Clara, alegre, polifónica,
columnilla salomónica
perforaba
el silencio del Poniente
y, gárrula, se empinaba
para ver el sol muriente.

No se callaba la fuente.
no se callaba...

Como vena
de la noche, su barrena,
plata fría,
encogía
y estiraba...
Subía,
bajaba,
charlaba... Y nadie sabía
lo que decía.

Cuando la aurora volvía...


Manuel Machado (1874-1947)

domingo, 8 de agosto de 2010

El Ángel Guardián


Bernhard Plockhorst (1825-1907)


Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.

Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad)

El tiene cuerpo, manos y pies de alas
y las seis vuelan o resbalan,
las seis te llevan de su aire batido
y lo mismo te llevan de dormido.

Hace más dulce la pulpa madura
que entre tus labios golosos estruja;
rompe a la nuez su taimada envoltura
y es quien te libra de gnomos y brujas.

Es quien te ayuda a que cortes las rosas,
que están sentadas en trampas de espinas,
el que te pasa las aguas mañosas
y el que te sube las cuestas más pinas.

Y aunque camine contigo apareado,
como la guinda y la guinda bermeja,
cuando su seña te pone el pecado
recoge tu alma y el cuerpo te deja.

Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y con los niños va por donde van.


Gabriela Mistral (1889-1957)

domingo, 1 de agosto de 2010

Es una antorcha al aire esta palmera…

Hanoi Martínez León (1943- )


Es una antorcha al aire esta palmera,
verde llama que busca al sol desnudo
para beberle sangre; en cada nudo
de su tronco cuajó una primavera.

Sin bretes y eslabones, altanera
y erguida, pisa el yermo seco y rudo;
para la miel del cielo es un embudo
la copa de sus venas, sin madera.

No se retuerce ni se quiebra al suelo;
no hay sombra en su follaje; es luz cuajada
que en ofrenda de amor se alarga al cielo;

La sangre de un volcán que enamorada
del padre sol se revistió de anhelo
y se ofrece, columna, a su morada.


Miguel de Unamuno (1864-1937)