domingo, 25 de septiembre de 2011

Soneto enamorado


James Eddie (1916-2002)


Dulce como el arroyo soñoliento,
mansa como la lluvia distraída,
pura como la rosa florecida
y próxima y lejana como el viento.

Esta mujer que siente lo que siento
y está sangrando por mi propia herida,
tiene la forma justa de mi vida
y la medida de mi pensamiento.

Cuando me quejo, es ella mi querella;
y cuando callo, mi silencio es ella;
y cuando canto, es ella mi canción.

Cuando confío, es ella la confianza;
y cuando espero, es ella la esperanza;
y cuando vivo, es ella el corazón.

Francisco Luis Bernárdez (1900-1978)

domingo, 18 de septiembre de 2011

El acordeón del marino


Elena Kudryashova (1971- )


En el brazo el acordeón,
canta alegre el marinero:
-El mar es mi compañero,
el mar tiene corazón.
Me acompaña en la canción
con un hondo sollozar;
si suelo desembarcar
con el acordeón al brazo,
cuando a mi novia me abrazo,
parece que abrazo al mar.

Alfonso Camín (1890-1982)

domingo, 11 de septiembre de 2011

Poema de la despedida


Albert Lynch (1851-1912)



Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No se si me quisiste… no sé si te quería…
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho…No sé si te amé poco.
Pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso con esta despedida
mi más hermoso sueño muere dentro de mí…
Pero te digo adiós para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.


Jose Angel Buesa (1910-1982)

domingo, 4 de septiembre de 2011

Velero de cuatro palos


Thomas Somerscales (1842-1927)


Velero de cuatro palos
quisiera tener ahora,
velero de cuatro palos
y ser el pirata Morgan.

De San Juan de Puerto Rico
trasladarme a La Española,
seguir por el mar Caribe
y asaltar La Habana moza.
Ser galán entre galanes
y bajo una luna en bodas,
llevarme, en vez de oro y plata,
mujeres, palmas y rosas.
Por Yucatán y Campeche
recorrer todas las costas
y raptarme en Acapulco
dieciocho rubias sajonas.
Recoger todas las perlas
por el mar de California
para ceñir las gargantas
de mis cautivas criollas.
Mar adentro, mar adentro,
llegar al mar de Colombia
y al recoger mis tesoros,
vengar a Juan de la Cosa.
Retornar a Tierra Firme,
seguido de viento y olas
y dar vida a la princesa
que amó Núñez de Balboa.
Volver después a La Habana,
devolverle a las hermosas
y no pedir más recate,
pues que amor se basta y sobra.

Velero de cuatro palos
quisiera tener ahora,
¡velero de cuatro palos
y ser el pirata Morgan!


Alfonso Camín (1890-1982)