jueves, 28 de junio de 2007

Azules campanillas

Manuel de la Rosa Sampedro (1860-1924)


Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.


Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)


jueves, 21 de junio de 2007

A un gato

Robert Abbett (1926- )

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás.
Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.


Jorge Luis Borges (1899-1986)

martes, 19 de junio de 2007

La galerna


Joseph Mallord William Turner (1775-1851)

Reinaba una ligera brisa,
a no más de cuatro leguas
las barquías,
bregando desde la amanecida
y de vacío.

Viento sur en tierra,
acechante a lo lejos, Noroeste

y llegó súbitamente
la más traidora,
desplomando un murallón de nubes
galopantes, negras.

Contémplalos luchar
arriando la unción,
¡Ay plegaria marinera!

Arreciaban jirones de lluvia
el pecho de la bestia huracanado
hierve espumas la mar arqueada,
cadavérica luz…
de barro la mar,
olas hinchadas
penachos blancos bramando
como montes de agua ronca.

Y en tierra tañen
agónicas las campanas,
al toque detente-nú,
el viento trajo sus voces
desgarradas

¡Jesús y adentro!

Vana esperanza
de pasar la barra,
frágil leño de las olas roto
la quilla hincada entre peñascos.

“El Glorioso San Antonio”
el infierno…
trece pescadores,
valientes que a puerto,
no volvieron.

Mª Antonia Maroto Urones

sábado, 16 de junio de 2007

Ojalá

Albert Lynch (1851-1912)


Ojalá cuando me pienses
eternamente lo hagas
imaginando una sonrisa
bailando en mi mirada.

Cuando me sueñes
suéñame, acariciándote el alma
con manos de seda
con besos de plata.

Si alguna vez me lloras
que de alegría sea tu llanto
y henchido de amor
abraces mi cuerpo entregado.

Cuando evoques mis ojos
ojalá que en ellos bucees
y te sumerjas amante
en mis lagunas verdes.

domingo, 3 de junio de 2007

A una hoja seca

Cesar G. Pola (1921-1989)

Así te recogí
ya carcomida,
hoja humillada.
Hoja podrida
y destrozada…

Así te cogí
en un sucio charco
del camino…
Así te traje a mí…

¡No! ¡No estás sin vida, no!
porque aún fuiste capaz,
en tus despojos,
de percibir un poco
del calor
que te dieron mis labios
temblorosos…

Así te recogí…
pisoteada…
Así te traje a mí,
milagro del amor,
resucitada…

Cesar G. Pola (1921-1989)


A mis árboles

Cesar G. Pola (1921-1989)

Árboles míos…
Amigos confidentes
en los juegos de mi infancia
perdida y solitaria…

Árboles muertos…
Desgajados, carcomidos
como pedazos
de mi alma.

Compañeros
del camino.
En vuestro dolor
descargo mi dolor.

En vuestra soledad
encuentro compañía.

Árboles muertos.
¡Hermanos míos!
También un día,
agonizante
y herido por los hombres,
junto a vosotros
a morir
acudiré…

Cesar G. Pola (1921-1989)