jueves, 1 de noviembre de 2007

El Coloso

Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)


Es como el Dios del Viejo Testamento,
cabalgando el corcel de la tormenta,
el pánico a su avance se acrecienta,
el ciclón es el aire de su aliento.

Anárquico hormiguero en movimiento,
gentes, carruajes, bestias, turbulenta
caravana de pueblos, harapienta,
en atropello huyendo lo violento.

Alborotado mar humano, ciego,
bajo cielo de vómitos de fuego
amagando catástrofe inminente.

La turba no razona, se abalanza,
no entiende que no hay monstruo en lontananza,
que el monstruo del terror yace en la mente.

Francisco Álvarez Hidalgo


Nota: En esta ocasión, la conjunción de cuadro y poema, no es obra mía, Francisco escribió este soneto precisamente para esta pintura de Goya y por lo tanto me cedió todo el conjunto.

16 comentarios:

Trini Reina dijo...

Justamente ahí, en la mente yace. Desde la mente surge y nos amilana...

Magnifico cuadro para un magnifico soneto.

Besos

Ogigia dijo...

Muy buen poema, gracias. Un beso

Ligia dijo...

Pues la enhorabuena a Francisco por el poema y a tí por tener la ayuda de Francisco, que siempre viene bien. Besos

Franziska dijo...

"Que el mostruo del terror yace en la mente".

Es fulminante la conclusión y también apabulla. Es en la oficina de la mente donde se cocina todo lo que de bueno o nefasto tenemos en nuestra vida.

Anónimo dijo...

Gracias, cariño, por incluir uno de mis sonetos de la serie "Pincel y pluma", con su correspondiente cuadro.
Sólo deseo decirte que eres libre de incluir los que quieras, tanto de esa serie como de las otras mías.
Un beso
Francisco

fgiucich dijo...

Así como la mente humana puede crear obras de arte exquisitas, también construye el pánico y la locura. Abrazos.

modes amestoy dijo...

bello poema y bien acompañado.
Un abrazo

Algaire dijo...

Trini – De acuerdo contigo, ambos son magníficos.

Ogigia – Las gracias a Francisco que es el autor.

Livaex – Por supuesto fue una suerte para mi que me permitiera poner uno de sus sonetos.

Franziska – Me gustó este soneto por la fuerza que tiene.

Francisco Álvarez – Gracias a ti por colaborar en este blog con un soneto tan bueno y por el ofrecimiento, que acepto encantada, de poder poner algunos más.

Fgiucich – Es cierto, pero en este caso logró dos obras de arte.

Modes amestoy – De acuerdo contigo.

Mityu dijo...

Goya siempre me ha inquietado y producido una especie de vuelco para no mirar ese mundo terrible que revela en las partes más enriquecedoras de su aportación.

El poema no acompaña, sencillamente son el uno. Como si la pintura hablara, como si el poema pintara.

Una entrada prácticamente perfecta.

Gracias. Un saludo.

A.M. dijo...

Enhorabuena por contar con tan buenos colaboradores!!! Y enhorabuena a Francisco, por tan buena combinación.
Un abrazo enorme!!

@Intimä dijo...

Un precioso soneto para una pintura para nada indiferente.
Besitos.

Maribel Sánchez dijo...

Maravilloso soneto para tan magnífico caudro. Ahora no sabré entender el uno sin el otro.

Gracias por compartirlo.

Besos

Meigo, aprendiz de Druida dijo...

Ha sido un placer perderme en tu blog. Gracias por invitarme.
Un beso

Algaire dijo...

Mityu – Goya no es mi pintor preferido, pero cuando leí el soneto escrito para esta obra me pareció que se compenetraban tan bien que por eso lo elegí.

Iris – No me puedo quejar de los colaboradores, enriquecen un montón esta casa.

Darilea – Ambos poseen una gran fuerza.

Maribel Sánchez – Esta página está para compartir poemas y pinturas y pasar un buen rato disfrutando de ambos.

Meigo, aprendiz de druida – Bienvenido a mi casa. Ahora que conoces el camino, espero que vuelvas.

Anónimo dijo...

Además de deleitarnos con tus magníficos artículos en tu otro blog, nos descubres talentos de la red. Perfecta conjunción, enhorabuena a Francisco, curiosamente comparte nombre con Goya.
En la Plaza del Pilar en Zaragoza hay una escultura escenificando un cuadro de Goya.
A mi si me gusta.

Abrazos.

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Ayer blogger estaba guerrero, no me dejó comentar aquí, ya les vale :-(

Anónimo dijo...

Fusa - En realidad no lo descubrí yo, él encontró mi casa y se ofreció para colaborar y como supondrás, yo encantada.